martes, 18 de mayo de 2010

Cazafantasmas

 Desde niños nos dicen que los fantasmas no existen, pero ellos insisten en poblar nuestras historias y pesadillas.
¿A qué se debe esta irracionalidad tan persistente?

CAZAFANTASMAS

Espíritus y aparecidos
bajo la lupa de la ciencia...

FUENTE: Revista MUY INTERESANTE Julio del 2008.


Imagen IPB



El 11 de noviembre de 2007, la cámara de seguridad de una gasolinera de Parrna, en Ohio (EEUU), captaba la imagen de un espectro azulado. La grabación se hizo famosa: en YouTube se puede ver la prueba. El propietario de la estación de servicio, un palestino llamado Ameed Abuzahrieh, dijo que ya se había encontrado con él hacía tiempo en su tierranatal, cuando era un niño, y lo vio junto a un árbol. Pero aquella vez iba de blanco y se parecía a una persona, mientras que el Fantasma de Ohio tenía el aspecto de una lágrima zigzagueante. Veteranos profesionales de la televisión local se confesaban incapaces de explicar unas imágenes en las que se veía al aparecido pasear sobre los surtidoras, los coches y los clientes.
Las hipótesis se dispararon. Unos pensaban que era algo tan prosaico como una bolsa de basura; oíros, más místicos, hablaban de un ángel, y hubo quien lo atribuyó a la existencia de un cementerio de nativos americanos en las inmediaciones. Incluso alguien aseguró que lo vio alejarse de la gasolinera... Pero un anónimo internauta con sentido crítico desveló el misterio: simplemente era un bicho que se había posado en la lente de la cámara. Hasta aventuró que podía tratarse de un Lepisma saccharina o pecesillo de plata. No se acercaba ni alejaba y nunca aparecía detrás de un objeto. Además, las personas que salían o entraban no lo veían; ni tan siquiera el conductor del coche sobre cuyo parabrisas pareció colocarse. Y la prueba definitiva: la cámara estaba fijada en una pared pintada de azul brillante. Para demostrar que eso basta para teñir de ese color el supuesto insecto, reprodujo el fenómeno en su casa. El espaldarazo a su teoría vino de una reportera que cubrió el misterio: por la cámara de seguridad se la veía con un vestido de color azul, cuando en realidad era rojo.

Imagen IPB


• En el medievo, visitaban sobre todo a los monjes

Este caso demuestra que vemos lo que queremos ver. Los fantasmas dependen profundamente de la cultura, psicología y folclore de la época en la que nos encontremos. Así, durante la Alta Edad Media, los aparecidos eran poco habituales y sólo se mostraban ante la élite social, sobre todo el clero. Según cuenta el cronista del siglo XI Raoul Glaber, la noche del Domingo de la Trinidad, el monje Trances Vulferius de Mouliers-Sainl-Jean vio en la iglesia de su monasterio unos hombres vestidos de blanco y púrpura, guiados por un obispo. Venían, dijeron, a participar en el oficio. Se trataba de cristianos asesinados durante los combates contra los sarracenos. De camino al paraíso, se habían detenido un instante para que pudieran unirse unos companeros. Que los aparecidos tuvieran la deíercncia de hacerse visibles era una prueba de que el testigo tenía dones sobrenaturales.

• Un censo decimonónico recopiló 1.684 casos

Este tipo de sucesos se ha producido en todas las culturas como una especie de hermano menor de la religión. Pero no fue hasta la aparición del espiritismo moderno, en 1848, cuando los científicos decidieron investigarlo seriamente. En 1894, la Society for Psychical Research, una institución británica creada por profesores universitarios, publicaba un informe! de 400 páginas titulado Census oj Hallitánatians. Era el resultado de cinco años de investigaciones y recopilaba 1.684 casos de posibles apariciones para determinar el porcentaje de gente que experimentaba alucinaciones sensoriales durante el tiempo de vigilia. Pero las más interesantes eran aquellas en las que existía una coincidencia entre la alucinación y la realidad. Por ejemplo, las que llamaron "apariciones de crisis", cuando un moribundo visita a algún conocido en el momento de dejar este mundo.
De todos los casos, sólo 830 eran testimonios de primera mano donde el fantasma presentaba forma humana, y de estos, el 20% estaban pro lagonizados por personas que los testigos sabían muerias. La mayoría consistía en encuentros con individuos vivos y unos pocos con figuras no identificadas. Al final, los autores concluyeron que sufrían esta experiencia una de cada diez personas, posiblemente una sola vez a lo largo de su vida. Estudios posteriores realizados en FranciaAlemania y EE UU confirmaron las estadísticas.
Estas investigaciones echan por tierra la clásica aparición vistiendo una vaporosa sábana. Lo más normal es que sea una persona, ataviada al uso de la época, que se ve durante muy poco tiempo. La fonna de desaparecer varía: o lo hace de golpe o se va desvaneciendo poco a poco. Tampoco tiene que haber una razón o una pauta para que ocuifa el fenómeno: inestabilidad mental del perceptor, existencia de un lugar encantado o que haya sucedido o esté a punto de suceder un desastre. Pueden parecer sólidos o semitransparentes; proyectar sombra; surgir y esfumarce en habitaciones cerradas; encender la luz de una bombilla; ser reflejados por espejos... O puede que no hagan nada de eso. En raras ocasiones tocan o hablan a la gente, y en otras parecen ir a lo suyo ignorando a los presentes. Incluso pueden mostraise durante un corlo es [jacio de tiempo como sí de un cuadro viviente se tratara. La variedad de lo que hacen o dejan de hacer es tan dispar que difícilmente se puede sacar ninguna conclusión.

Imagen IPB


• Vieron a su padre a caballo y agitando el sombrero 

Un caso llamativo recogido por el citado censo sucedió el 5 de febrero de 1887. Las dos hijas de Canon Bourne regresaban a casa acompañadas por el cochero tras dejar a su padre montando a caballo. Al poco rato, las tres pegonas reconocieron en la lejanía a Bourne agitando su sombrero, del que pudieron leer la marca en su interior; algo que les pareció muy extraño, pues debiera haber sido imposible distinguirla a la distancia a la que se encontraban. Rápídamente pensaron que podía tratarse del aviso de un accidente. Cuando llegaron adonde supuestamente estaba el buen hombre, no encontraron nada. Regresaron a casa y una hora y cuarto más tarde llegó Bournr: no le había pasado nada. Esta visión plantea varios interrogantes. La experimentaron tres personas, algo muy raro: sólo el 9% de las apariciones investigadas fueron compartidas. ¿Implica que fue real o pudo tratarse de una alucinación colectiva, que surge sin razón aparente? Distinguir la firma del sombrero, un Lincoln-Bennett, a una distancia imposible apunta a una alucinación hipnagógíca o hipnopónipica -que se producen al quedarnos dormidos o al despertar-, pues la claridad en los detalles es uno de sus signos caractetíslicos. Por otro lado, quienes creen que se trató de una verdadera aparición les ir.sulla difícil explicar la presencia de la vestimenta y el caballo. ¿Debemos suponer que ambos tienen algún tipo de alnm? ¿Cómo puede aparecer un fantasma sin que a su propietario le pase nada?


• Ruth podía controlar a voluntad las apariciones

Un detalle muy llamativo de estos casos, que apunta claramente a un origen cultural, es que su numera
ha ido decayendo con el tiempo. El boom tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XIX. Luego, tras una poco fantas magórica primera mitad del siglo XX -quizá las dos guerras mundiales algo tuvieron que ver-, los espectros se convirtieron en ovnis a partir de los años 50. Hoy, ambos fenómenos pueden darse casi como desaparecidos.
No obstante, en tiempos bastante recientes, en 1980, el psiquiatra Morton SchaUman bi/o público un caso que puede iluminarnos. Se trata del único testimonio en el que alguien controlaba las apariciones. Ruth era una mujer de 25 años felizmente casada y con dos hijos. Acudió a Schatzman porque tenía sueños muy molestos y visiones recmrentes de su padre, aún vivo. Este había abusado de ella cuando tenía 10 años. Las visiones eran totalmente reales y muy detalladas en cuanto a indumentaria, aspecto físico, olor característico, movimientos, expresiones... Sin embargo, el fantasma de su progenitor se aparecía tal y como lo recordaba, no como era en ese momento -ella vivía en Inglaterra y él en EE UU-. La visión, además, utilizaba los muebles, esquivaba las mesas y las sillas, abría y cerraba la puerta, proyectaba sombra, hacía mido al acercarse detrás de la puerta, se reflejaba en el espejo y Ruth podía sentir su peso en la cama cuando se sentaba en ella. También conversaba empleando el lenguaje y gestos propios del hombre, diciendo cosas lolaimcn-le inesperadas pero que la mujer reconocía como propias de él.
Con la terapia comenzaron a aparecer otras personas, conocidas de ia pacienle y también vivas, algunas veces invocadas de manera consciente. Poco a poco, y con ayuda del doctor Schatzman, la mujer pudo crearlas y hacerlas desaparecer a su antojo. Sin embargo, tenían sus propias personalidades: "No puedo obligarlas a que hagan algo que no quieren hacer o impedir que hagan algo que sí quieren. Son como la gente normal", confesó.

Imagen IPB


• El deseo detener hijos creó el espíritu de un niño

En un peculiar experimento, el psiquiatra le pidió que hiciera pasar la aparición delante de una lámpara. La mujer insistió en que se había oscurecido la habitación, pero Schalzman comprobó que sus ojos estaban realmente viendo la lux. Quedaba agolada Iras uutíJ se>.ión; ¿Igu MHTÍ.IÍÍ.I en MI cerebro. Al final, triunfó. Sus alucinaciones acabaron siendo para ella una especie de diversión que podía convocar cuando se sentía sola o aburrida, Aprendió que si la mente puede hacer aparecer fan-
tasmas, también puede obligarles a desvaneceré.
¿Se encuentran los fantasmas codificados en nuestros genes? ¿Se reduce lodo a fisiología cerebral? Esto es lo que creía el ya desaparecido Roberl A. Baker, profesor emérito de psicología de la Universidad de Kenlucky. "No hay casas encantadas, hay gente encantada", aseguraba. Uno de sus casos favoritos fue el de una joven pareja que vivía en una pequeñaciudad de Kentucky. Estaba siendo atemorizada por el espíritu de Lina niña que nadie más veía o escuchaba. Con paciencia, Baker descubrió que los dos esposos deseaban desesperadamente lener hijos. El psicólogo les aconsejó que adi jplaran un niño, y cuando lo hicieron, el faniasma desapareció. ¿No tendrán las apariciones de familiares ya muertos y muy queridos el mismo origen? Esta posibilidad es el tema de estudio de uno de los cazafantasmas más lamosos de los últimos Iiempos: el psicólogo Richard Wíseman, de la Universidad de Hertfordshire, en Gran Bretaña. Escogió dos de los lugares más rerrorífícos de Gran Bretaña: las criptas del puente Soulh Bridge, en Edimburgo, y Hampton Court, palacio de Enrique VIII por donde se dice que se pasea el fantasma de su quinta esposa, Catalina Howard, decapitada en la Torre de Londres. Introdujo en ellos a varias personas, y las experiencias se atuvieron a la mejor tradición de las casas encantadas: ruido de pasos, Frío, sensación de que alguien observaba... Al terminar el paseo señalaron sobre un planolas estancias que les habían parecido más terroríficas. A pesar de que los participantes no conocían cuáles eran los lugares encantados según la tradición, los voluntarios las señalaron como las más espeluznanles. "Existen lugares donde la gente tiene experiencias fuera de lo común", comenta Wíseman, "y los fantasmas son una manera de explicarlo". Ahora bien, ¿es la explicación correcta? El equipo del psicólogo dice que no: existen los lugares encantados, pero no los fantasmas.

Imagen IPB


• Factores ambientales favorecen las ilusiones

Por un lado, hay sitios que tienen ese guslo sobrenatural explotado en películas y novelas. Es un ejemplo clásico de profecía Ltuluaimplida. Rubén A. Byker señalaba que basta con ambientar un lugar al estilo antiguo y decorarlo de manera pintoresca para que los fantasmas salgan a escena. Sin embargo, parece que también reaccionamos de manera inconsciente a factores visuales y medioambientales. Wiseman apunla tres circunstancias que parecen predisponer al cerebro. Su investigación, publicada en 2003 en el British Journal of Psychoírigy, reveló que en los lugares donde las personas tienen visiones siempre había fluctuaciones del campo magnético, variaciones lumínicas poco habituales o cambios bruscos de temperatura.

• Un castillo encantado para realizar experimentos

Ahora, el astuto psicólogo ha proyectado construir un castillo encantado experimental para comprobar en condiciones controladas el electo real de estos Factores. En realidad, dos de los estímulos desasosegantes propuestos por Wiseman son bien conocidos por ductores de películas de terror, diseñadores deatracciones de feriay otras peleonas que viven del tantasmeo. Para fabricar miedo siempre se han utilizado cambios de luz y lemperalura. La única novedad son las alteraciones magnéticas. Aunque aún es motivo de discusión, algunos experimentos apuntan a que realmente puede influir.
Entre sus principales defensores está el neurocientífico Míchael Peisinger, de la Universidad Laurentian, en Canadá. Para sus investigaciones ha diseñado un casco que permite crear campos magnéticos en áreas específicas del cerebro. Al parecer, es capa/ de inducir experiencias similares a las místicas y las visiones de espectros estimulando el lóbulo temporal.
Existen evidencias clínicas sobre la importancia de dicho lóbulo en la generación de alucinaciones. Personas que padecen epilepsia toca! en esa zona del cerebro sufren desear gas espontáneas de actividad incontrolada. En ¡ales momentos, los pacientes experimentan alucinaciones auditivas y visuales que pasan por apariciones. De hecho, la búsqueda de correlatos fisiológicos para experiencias extrañas no es sólo taiea de los caza fantasmas: el neurólogo Esteban García Alba ha publicado recientemente un exhaustivo examen de los síntomas de Teresa de Jesús. La mística abulense padecía cefaleas crónicas y pérdidas de conciencia constantes durante las cuales, según los testigos, se mordía la lengua. El diagnóstico de epilepsia cuadra perfectamente en su caso.

Imagen IPB


• ¿Cómo se convierten las anécdotas en historias?

Los cazafantasmas modernos también actúan en el ámbito de la noche, territorio dominado por espectros y demás encamaciones. El objeto de estudio de estos investigadores son los estados hipnagógicos, experiencias que muchas personas dicen haber su Indo durante el periodo de somnolencia entre la vigilia y el sueño. Son imágenes visuales y auditivas involuntarias que parecen formal' parte del mundo externo. Se acompañan de patrones muy insólitos del pensamiento y construcciones verbales que, al inicio, dan la impresión de tener sentido pero después se disuelven en el absurdo. A scmejan/a deolros estados alterados de conciencia, este varía según las personas. Al principio suelen aparecer destellos de color, luz y patrones geométricos; luego, rostros y otros objetos; y por últirno, escenas intrincadas en las que se ven rostros extraños y grotescos con detalles muy vivos. Con menor frecuencia, la persona tiene la sensación de percibir sonidos, ya sea música o que le hablan o llaman por su nombre.
Todas las historias de fantasmas no pasarían de meras anécdotas personales si no se convirtieron en eso, historias. Por eso los científicos también tienen en cuenta la psicología del rumor y la foirna de tener conocimiento de un lema hoy en día. ¿Por qué sabemos que un lugar está encantado? ¿Dónde stu^e la idea?
En el verano de 1970, el periodista Frank Smyth decidió que, en vez de buscar aparecidos, era más útil crear uno. Como tuvo la idea en Londres, delante de las ruinas de la iglesia de Santa Ana, decidió que su fantasma fuera un clérigo.

Imagen IPB


• El bulo del fantasma del muelle de Ratcliffe

Además, cerca había una avenida que había sido, hasla Tíñales del siglo XIX, un lugar lleno de burdeles, tabernas y pensiones baratas. Pensó que tendría morbo que su vicario hubiera sido propietario de una vieja casa de huéspedes para marineros y que se dedicara a robar a sus huespedes antes de matarlos y arrojar sus cuerpos al Támesis.
Ahora necesitaba que los demás se enteraran. Así que nuestro pro-tagonisla escribió un articulo en el que hablaba de las apariciones del clérigo misterioso. Había nacido el fantasma del muelle de Ratcliffe.
La nota de preasa tuvo una repercusión enorme. Sólo durante el año siguiente se editaron 8 libros donde se mencionaba al pastor. Asuslado anle la magnitud del rumor, Smyth acabó por explicar" su experimento en TheSuftdayTítnes. Más larde, la BBC hizo un documental sobre la invención.
A pesar de ello, continuaron las andanzas del fantasma. Años después se podían leer en la preasa
cuando era joven -20 años antes de la maquinación de Smyth-, no le gustaba nada entrar en aquellos muelles porque le daba miedo el espectro.
¿Por qué se seguía -y se s¡gik>-creyendo en esta tétrica aparición? Según Smyth, hay personas que saben de la existencia del clérigo por argumento de autoridad. El relato se publicó en un periódico, y eso, para muchas personas, es siilí cíenle. El periodista había decidido que, si alguien se interesaba por la realidad del fenómeno, confesaría inmediatamente la verdad. Pero nadie acudió a él para confuTnar la información. Otros lo asen porque la historia parece verosímil. Así funcionan las leyendas urbanas: son historias que se coiresponden con el sentir popular en ese momento. Y para otros, el fantasma existe porque es un buen tema de conversación.


• La frontera entre la vida y la muerte produce miedo

Este es otro de los terrenos por los que les gusta transítar a los cazafantasmas modernos. La gran pregunta sería entonces: ¿porqué nos gusta hablar de espectros? Jan Harold Brunvand, profesor de folclore de la Universidad de Ulah (EE UU), ha tratado de explicarlo medíanle la psicología del rumor. En primer lugar, las historias que nos impresionan se suelen referir a temas que tocan nuestra fibra sensible. Y la frontera entre la vida y la muerte es probablemente el asunto que más fácilmente despierta miedo. Además, todos los rumores exitosos se refieren a temas con zonas oscuras. Así, las personas que los van trasmitiendo pueden añadir algo de su cosecha. En las narraciones sobre espectros es muy fácil añadir detalles anecdóticos: el tipo de luz, el escalofrío que recorre a la persona o el silencio que precede.
Apariciones, fantasmas, íncubos y súcubos, abduciones extraterrestres... son diferentes collares para un mismo perro. Las visiones religiosas de antaño hansido sustituidas por alienígenas. Los fantasmas se han quedado en medio, y poco a poco se van desvaneciendo.

• Elemental, querido espíritu

Las series de médiums proliferaron en televisión. En "Entre Fantasmas", una joven que en ocasiones ve muertos aprovecha su don para ayudar a los espectros "a pasar al otro lado". Por su parte, la protagonista de Médium cree hablar con los fallecidos por actos crimínales y predecir el futuro a través de sus sueños. Estas mujeres supuestamente basadas en personajes reales son una variante moderna de Sherlock Holmes, aunque ellas hablan con aparecidos. Se dedican a lo que podríamos llamar "parapsicología forense".
En la vida real, el supuesto médium presume de haber solucionado misterios, inventa estadísticas a su favor y utiliza un fenómeno psicológico conocido como sesgo retrospectivo. Esta trampa mental ha sido destapada por dos psicólogos Gary Welb y Amy Bradfietd, de la lowa State University, en EE UU. Sus investigaciones revelan que, tras ser resuelto un misterio, la mayoría de los sujetos afirman haber estado seguros de que esa era la solución.Es decir, a posteriori, todo el mundo recuerda que lo sabía desde el principio.

Imagen IPB


• Niños con sexto sentido

Los niños siempre han protagonizado muchos de los encuentros con aparecidos. Desde tiempo atrás, los cazafantasmas se han preguntado a qué se debe esta llamativa correlación entre la corta edad y las visitas de los muertos. Una de las explicaciones más curiosas se relaciona con la forma diferente que tienen los más pequeños de ver el mundo, como demuestran las llamadas imágenes "eidéticas". Ralph Norman Haber, psicólogo de la Universidad de Illinois (EE UU), define este tipo de percepciones infantiles como "la posibilidad de seguir viendo algo durante unos minutos, aunque ese objeto ya no esté ahí". Y añade:
"no hablamos de alucinaciones, ni de una gran capacidad de recuerdo de imágenes; nos referimos a un tipo diferente de percepción todavía poco conocido". Como también explica el psicólogo norteamericano, los niños que experimentan las imágenes eidéticas son capaces de observar un cuadro durante 30 segundos y seguir viéndolo durante 5 minutos. Aproximadamente, un 5% de los individuos de 6 a 12 años muestran esta facultad, pero solamente unos pocos adultos pueden hacerlo.
¿Cuál es entonces la relación de las imágenes eidéticas con las apariciones espectrales? Se trata, básicamente, de lo que le puede ocurrir a muchos niños -y a algunos adultos- con una figura que acaban de contemplar en una fotografía y que ahora ven encarnada ante sus ojos. Observan que poco a poco se desvanece... y creen estar viendo un fantasma.

Imagen IPB


• La busqueda de orden produce monstruos

Otro fenómeno que puede explicar los avistamíentos de espectros es la pareidoliaa. Así llamamos a la precepción de un estímulo sin sentido o ambiguo como algo estructurado. Caemos en ella desde pequeños: los bebés reconocer) como rostros humanos objetos que no lo son.
Él ingeniero informático Jeff Hawkins explica así el fenómeno; "El papel de cualquier región del córtex cerebral es averiguar qué relación hay entre sus entradas -inputs-, memorizarla y usar esa memoria para predecir cómo se comportarán dichas entradas en el Muro". Esto quiere decir que los seres humanos no nos resignamos al caos; tratamos de hallar sentido para predecir el porvenir.
En situaciones difusas de supervivencia, la pareidolia tiene ventajas: si vemos unas líneas acechando entre los arboles que podrían ser reconstruidas como un tigre, es mejor que inventemos la figura entera y huyamos. Pero otras veces, El cerebro interpreta las ramas de un árbol que entretejen una figura o el juego de luces que asemeja un perfil como seres humanos completos, es decir, fantasmas.

Imagen IPB



Imagen IPB


• Espejismos de vida anterior

Una hipótesis actual sobre ciertos estados alterados de conciencia puede arrojar luz sobre fenómenos presuntamente sobrenaturales. De acuerdo con esta idea, lo que vemos en esos momentos se debe a un apagamiento de los estímulos externos y a la focalización sobre nosotros mismos; es decir, sentimos la
actividad interior del cerebro. Por eso, algunas alucinaciones -apariciones espectrales con una determinada luz, silencio, ingravidez...- son universales. Personas de culturas muy diferentes perciben tales estímulos porque se están viendo por dentro, y a ese nivel todos somos iguales. ¿Qué pasaría si nuestra cultura diera por válida la alucinación? Entonces, creeríamos en los fantasmas,
Una analogía nos puede ayudar a entenderlo: cuando miramos el anochecer desde una ventana, vemos el interior de la habitación reflejado como si estuviera afuera. Si nuestra sociedad nos empujara a creerlo, podríamos llegar a pensar que el interior del cuarto existe realmente en el exterior.
Un dato parece apoyar esa teoría: la mayoría de las apariciones de fantasmas se dan durante el primer año posterior a la muerte del ser querido, es decir, cuando nuestra bioquímica todavía le echa de menos. Quizás, entonces, sólo estamos viendo nuestro propio dolor.

Imagen IPB


Imagen IPB


Imagen IPB

1 comentario:

  1. yo veo espiritus desde niña,cuando empese hacer meditacion la cosa enpeoro,ahora escucho a un fantasma en la casa donde me mude lo unico que me dice vete de mi casa,insulta a toda la gente que viene a vivir aca,yo no sufro de alucinaciones soy una persona normal pero mi sexto sentido esta desarrollado,tengo gravaciones en mi celular y psicofonia lo unico que les puedo decir es que cuando una persona se consentra demaciado atrae espiritus yo tengo gravaciones de muchos fantasmas,feos niños y los que producen ruidos pero menos mal que lo puedo controlar,he llegado hasta a retarlos,se que es peligroso por que hay espiritus debiles y fuerte y demonios tambien,pero de que existen existen,por eso debemos de tratar de no ser personas que vive el momento y creer que hemos venido al mundo solo a reproducirnos cumplir con algunas metar y morir,es un error somos carne con espiritu y tengo entendido que llegaremos a ser espiritus de bajo astral y vamos a penar, cuando somos muy materializados la vida consiste en emendar errores ayudar a tu projimo no pegarse mucho al dinero y verlo desde este punto,todo en esta vida lo tengo prestado,y para que acabarme la vida construyendo ahorrando,si nada nos vamos a llevar,puedes lograr tus objetivos hasta hacer dinero,pero liverate de tu egoismo,eso es ser espiritual eso es ser un ser de luz,muy dificil nos parece por que estamos como encantados errados deslumbrados,POR TODO LO QUE VEMOS EN ESTE MUNDO QUE TANTOS ERRORES COMETEMOS,NO SE OLVIDEN AYUDA,DA LIMOSNAS,DALE DE COMER AL HAMBRIENTO Y NUESTRO ESPIRITU VA EVOLUCIONAR

    ResponderEliminar