lunes, 15 de noviembre de 2010

¿Dónde están las abejas?


"Si las abejas desaparecieran del planeta, el hombre las seguiría cuatro años después". Con esta frase lapidaría Paul Ames, periodista de Associated Press, sintetizaría en 1994 elpapel que las abejas desempeñan a nivel planetario en el frágil equilibrio medioambiental, un equilibrio actualmente en jaque a consecuencia de las desconcertantes desapariciones masivas que este insecto está sufriendo por todo el mundo. El problema es tan grave que en noviembre pasado el Parlamento Europeo acordó tomar cartas en el asunto.


¿Dónde Están
las Abejas?


Si desaparecieron, en 4 años le seguimos...
FUENTE: Revista española ENIGMAS Nº 165 (visita www.AKASICO.com).



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Al parecer, Paul Ames había reproducido la frase de un panfleto reivindicativo elaborado por apicultores franceses durante unas protestas, pero con el tiempo el cine e Internet se la han adjudicado nada menos que a Albert Einstein, posiblemente para reforzar su credibilidad. Poco importa si pronunció el genial físico dicha aseveración, ya que el tiempo ha demostrado que podría ser cierta. Científicos y apicultores de todo el mundo contemplan desconcertados cómo millones de abejas desparecen sin dejar rastro por todo el planeta sin saber cómo y por qué se produce el fenómeno, intuyendo que sus consecuencias podrían tener un alcance catastrófico global.
La primera alarma surgió en Estados Unidos, en el estado de Florida, poco después de las Navidades de 2006. En aquel momento los apicultores dieron la voz de alarma sobre la desaparición de millones de abejas, estimando que el "problema" implicaba la desaparición del 25% de los enjambres del país, bautizando aquel fenómeno como "Colapso de lasColonias" -CCD-. Las primeras estimaciones eran provisionales, pero se creía que el mal afectaba a unos 30 de los 50 estados del país, donde se habían perdido más de medio millón de colonias.
La palabra "desaparecidas" no pudo haber sido mejor elegida, pues a pesar de que se tenía constancia de que faltaban, raramente se encontraban ejemplares muertos; simplemente se "evaporaban". A este misterioso fenómeno había que sumar otro aún más extraño, las abejas obreras se daban a la fuga dejando abandonada a la reina en su panal, algo inaudito.
Con el primer trimestre del año 2007 llegaría la denuncia de Daniel Weaver, presidente de la Federación Estadounidense de Apicultores, a la Cámara de Representantes del Consejo,para que ésta tomara cartas en el asunto, pues de continuar con esa disminución, las consecuencias podrían ser fatales para la economía del país. Se destinaron fondos del Estado para determinar las causas de la desaparición de los insectos, así como para paliar las perdidas de los apicultores. El misterio acababa de comenzar y un mal que parecía ajeno a Europa, resultó tener un alcance más allá de las fronteras americanas.
Atentos portante a la gravedad del asunto, el resto de países del mundo comenzaron a evaluar hasta dónde llegaba el fenómeno y se dieron cuenta de que la desaparición de las abejas no sólo afectaba a Estados Unidos. De forma inexplicable, el numero de abejas también había disminuido en Reino Unido, Alemania y otros países entre los que se encuentra España; en todos ellos el descenso era alarmante.
El problema es actualmente tan grave que a mediados de noviembre de 2008 se debatió el asunto en el Parlamento Europeo, debido principalmente a que aún no se tiene un respuesta clara sobre el fenómeno, sí muchas hipótesis, pero ninguna que logre explicar y por ende frenar la disminución apícola del planeta. En la mencionada reunión, el eurodiputado británico y vicepresidente de la comisión de Agricultura del Parlamento Europeo, Neil Parish, advirtió de forma tajante que "no se puede seguir ignorando el problema" debido a que el 76% de la producción de alimentos de consumo humano depende directa o indirectamente del sector apícola y que además el 84% de las especies vegetales cultivadas en Europa dependen de la polinización para sobrevivir.

Abejas, poseedoras de un gran poder. 

Antiguas civilizaciones como la mayas y la egipcia, consideraban a la abeja unanimal sagrado y su miel un alimento de los dioses. La mitología las observa como salvadoras del mundo natural contra el inframundo, así como portadoras de alma, una alegoría que se centra en el modo en que la abeja regresa a su colmena.Metafóricamente es como contemplar el regreso de las almas al cielo, transportadas a una nueva existencia por las alas de una abeja. La abeja y el panal son símbolos alquímicos, representados en la iconografía masónica. Miles de años después hemos sustituido esa visión por una realidad incontestable, que describe la importancia de las abejas en el ecosistema. Son irreemplazables. La avanzada simbiosis existente entre ellas y las flores constituye una de las asociaciones más fascinantes del planeta. Decir que las abejas son responsables de la diversidad de especies no es ninguna barbaridad. Casi un 80% de las especies de las que se alimenta el hombre dependen de los procesos de polinización de éstos y otros muchos insectos. Un curioso dato establece que si a
las abejas obreras se les asignara un salario, debería ser de 192.000 millones de dólares.
No es difícil imaginarse un mundo con cada vez menos plantas, flores y animalesque se alimenten de estas plantas, y por tanto nosotros de ellos. Sería una concatenación de sucesos que empezarían por los niveles más bajos haciendo que la pirámide de nuestras civilización se derrumbara. De hecho el cine infantil ha desarrollado esta posibilidad con Bee Movie. 




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Especies clave para la supervivencia del planeta:

• Los Hongos:
Tienen mala reputación y no son animales ni plantas pero son indispensables para lavida. No sólo son los principales agentes del reciclaje natural, sino que además la mayoría de las plantas terrestres obtiene de los hongos, de sus raíces, aguas, nutrientes y defensas para sobrevivir. Son indispensables en la creación de alimentos como el queso o el chocolate, y también en la de antibióticos como la penicilina.


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• El Plancton:
Plancton es un término que engloba a millones de bacterias, virus, microbios y diminutos animales y plantas que flotan en el agua y el aire. Son la base de toda lared alimenticia de cada criatura viviente en el agua, no solo el mar, sino desde el charco más pequeño hasta el río más inmenso. El plancton aéreo también alimenta a muchas especies de aves. Son tan importantes que incluso juegan un factor fundamental en la regulación del clima global del planeta.

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• Los Murciélagos:
Aunque sorprenda, los murciélagos son un importante factor sobre el control de enfermedades, la polinización y la regulación de la población de insectos y alimañas. Sin ellos, el plátano, mangos y otros alimentos serían diezmados por los insectos. Nos ahorran millones en pesticidas y funcionan como indicadores de la salud del ecosistema. Sus capacidades son increíbles: son los únicos mamíferos voladores, utilizan un radar ultrasónico para cazar en la oscuridad y entran en hibernación tan rápido que en los laboratorios se les guarda vivos en congeladores. Aún así el ser humano los está llevando a la extinción.

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• Los Primates:
Simios, monos y lémures los componen y su importancia no radica en lo mucho que se parecen a nosotros o a su inteligencia. Los primates cumplen una función primordial en el equilibrio del planeta. Son los encargados de dispersar las semillas que dan forma a las selvas y bosques de nuestro planeta. Esto hace que la vegetación absorba el dióxido de carbono y se libere oxígeno además de coordinar las lluvias tropicales y generar fuentes de agua potable. Estos ejemplos son sólo una muestra de la importancia de cada especie en el equilibrio del planeta. Por mucho que nos incordien, cada ser vivo cumple una función única para la supervivencia de las demás y como especie dominante el ser humano debería preservarlas y cuidarlas. 


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• La comunidad científica no encuentra explicación 

Desde comienzos de 2007 todos los países afectados por el fenómeno se han puesto manos a la obra para tratar de dar una explicación a éste. Pese a que ha transcurrido más de un año, lo único que tenemos son hipótesis. En Alemania se creyó durante mucho tiempo que el aumento de las señales de los teléfonos móviles en el país había ocasionado daños hasta el punto de producir que las abejas se vieran desorientadas.
Los científicos germanos especularon que las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles podrían interferir en los sistemas de navegación de las abejas. En un informe de laUniversidad de Landau, se llegó a señalar, incluso, que alrededor del 70% de una colonia se podría ver afectada por esta radiación y no saber cómo volver a la colmena, lo que explicaría que no se encontraran los cadáveres de las abejas, pues morirían en cualquier parte. Ante la noticia, los apicultores ingleses solicitaron una mayor investigación al respecto, pero hasta el momento no se ha descubierto nada más. Mientras tanto, otros países como Polonia, Italia,Portugal o Grecia también han anunciado la disminución de insectos en sus colmenas. En Mayo de 2007 vendrían los diarios españoles, con la jactancia que nos caracteriza, a dilapidar todo el asunto, asegurando que "científicos del Centro Agrícola de Castilla-La Mancha- habían dado con la solución al misterio". Según sus propios estudios , el responsable del caso no era otro que el Nosema Ceranae, un hongo parasitario procedente de China que los agricultores venían denunciando desde hacía casi una década. Al parecer, en China el hongo está en equilibrio con su huésped y no produce enfermedades, pero en las abejas europeas y americanas el problema es distinto, pues al carecer de los mecanismos inmunológicos de sus parientes asiáticas, éstas caen enfermas.
Con todo, para añadir aún mas desconcierto, los investigadores del centro Rothamsted Research de la Universidad de Nottingham informaron meses después de que las causas de la desaparición estaban relacionadas con una afección denominada "virus de las alas deformadas" (DWV). El virus se transmite de la abeja adulta al resto de la colmena, pero, según los investigadores, no se sabe todavía bien cómo el parásito destructor, denominado "varroa", se transmite a las abejas. Las primeras investigaciones apuntaban a que el virus debía de ingerirse, debido a la ingente cantidad del mismo en las heces de los insectos.
La mayoría de las enfermedades víricas de las abejas están relacionadas con el estrés, que se asocia a presiones climáticas, aunque también pueden estar relacionadas con otras enfermedades o parásitos. Éstas hacen que las abejas tiemblen, se hinchen, pierdan lospelos de su cuerpo, incluso la imposibilidad de volar, que es lo que las lleva a la muerte. No es por tanto de extrañar que otra de las hipótesis al respecto sea el tan recurrente cambioclimático. No obstante, no todas las colmenas afectadas por el síndrome del Colapso presentan la presencia de alguno de los virus mencionados, enfermedades, ácaros o cualquier infestación. Por ende, la explicación debe ser más prosaica o al menos diferente.
Los ecologistas han visto el problema en los cultivos modificados genéticamente o en los extensivos, que ocasionan un déficit en la producción del polen, alimento principal ce las abejas, y que debilita su sistema inmunitario haciéndolas vulnerables a los virus y enfermedades, lo que nos lleva al primer punto, un círculo vicioso que no parece tener salida.

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• Ni rastro de los cuerpos

Uno de los mayores enigmas de esta desaparición masiva es la ausencia de restos de las abejas. Hablamos actualmente de un 25% o 30% -hay quien afirma que las cifras son mayores- de la población mundial de estos insectos, miles de millones que desparecen sin dejar rastro. Sabiendo que las abejas suelen recolectar no más allá de un kilómetro de la colmena -de 3 a 5 km si la comida escasea-, no es de extrañar que esta circunstancia sea de lo más inverosímil. Una colmena suele estar compuesta de unos 40.000 o incluso 50.000 ejemplares entre los que se encuentran zánganos, obreras, y la reina, y en ocasiones los apicultores han denunciado que de un colmenar pequeño de unas 50 unidades, han llegado a desparecer más de 30 de ellas. Los cálculos ofrecen cantidades enormes de abejas que a pesar de descomponerse con rapidez, nunca son encontradas.
Esto produce que las investigaciones sean aún más dificultosas al no encontrar restos con los que trabajar y por tanto llegar a una solución.
Teniendo en cuenta estos datos, no es de extrañar que el niño prodigio del cine del misterio M. Night Shyamalan introdujera un fenómeno similar en su última película El Incidente, donde una especie de virus emitido intencionadamente por las plantas provoca que el ser humano se auto-destruya.
Hasta el momento el misterio siguen sin encontrar un explicación factible y aclaratoria, las abejas desaparecen de modo alarmante y recientemente el Parlamento Europeo ha vuelto a poner de relieve el asunto al solicitar a la Comisión la creación de zonas de compensación ecológica, ricas en polen y néctar, alejadas de las urbes, promover las medidas necesarias para luchar contra el riesgo de una polinización insuficiente, es decir, la suspensión de los tratamientos parasitarios durante la floración y la reducción del uso de semillas modificadas y, finalmente, desarrollar la investigación contra los parásitos y enfermedades que diezman las abejas. La desaparición de las abejas es sin duda un problema global.
Curiosamente, durante los últimos años se ha especulado de forma insistente con diferentes causas que podrían acabar con el equilibrio de la raza humana, impactos de meteoritos, accidentes científicos como el Acelerador de Partículas, tsunamis gigantes, una guerra mundial atómica, el cambio climático y un largo elenco de catástrofes a cada cual más terrorífica; pero apenas hemos vislumbrado una catástrofe global que podría estar gestándose en estos momentos. Es irónico pensar que el autoproclamado ser viviente supremo de este planeta esté pendiendo, quizás, del batir de las alas de uno de los animales más pequeños de nuestro mundo.

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