martes, 14 de diciembre de 2010

Infernum magnus

El infierno es tan viejo como el mal. Nació cuando el hombre descubrió que era necesario castigar las acciones malévolas. A partir de ese momento, cada cultura pobló aquel espacio con sus propios miedos y remordimientos hasta convertirlo en el destino tormentoso al que ningún alma desearía llegar después de morir. Si pudieras imaginar tu propio averno y mezclar las características y gobernantes de los inframundos de distintas religiones,
¿Cuales serían las bestias y castigos que temerías encontrar?
Bienvenido seas y cuidado al bajar.


INFERNUM MAGNUS

Infiernos e inframundos de la historia de las religiones 
FUENTE: Revista CONOZCA MAS edición del mes de Noviembre 2010


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El hombre es el lobo del hombre. Lo dijo el filósofo Thomas Hobbes en el siglo XVII. Sin la invención de un sistema de dominación que controle nuestra acciones, no existirían límites y todos los sujetos serían libres de hacer lo que quisieraa Y claro, el problema no sería obtener satisfacción en pisotear a los demás con tal de lograr un beneficio propio, sino tolerar elplacer ajeno a costa de nuestro propio bienestar Acéptalo: no sería divertido acostarte con la mujer de un extraño si otro desconocido también tuviera la posibilidad de hacerlo con tu pareja. Lo mismo sucede con el robo, el asesinato y la esclavitud. Por eso el hombre inventó la ley, un sistema de reglas y normas que regulen su comportamiento en sociedad. Sin embargo, las cárceles no le fueron suficientes. Para perfeccionar el mecanismo de control que el ser humano creó para sí mismos ideó un mundo colmado de bestias y figuras demoniacas que infundieran terror en vida y sanciones ejemplares después de la muerte. Por último, lo dotó de un nombre y, para referirse al lugar subterráneo que albergaría al más cruel y grotesco castigador de todos los tiempos, decidió llamarlo 'infierno'.

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• PENSADOR DE INFIERNOS.

Según el primer capítulo del Génesis, Dios dotó a los hombres de la capacidad de señorear en los peces del mar, en las aves de los cielos y en las bestias. Y claro, también le otorgó la capacidad de crear. Entre las colosales obras que la mente humana ha imaginado no sólo están los poco más de 6,000 kilómetros de extensión de la Gran Muralla China o los 828 metros de alto del edificio Burj Khalifa, en Dubai. Ni hablar de los siete libros de "En busca del tiempo perdido" que Macel Proust hizo nacer del sabor de una medialuna remojada en té o los cuatro movimientos que Beethoven compuso para su Novena Sinfonía durante el siglo XIX. "El paisaje del infierno es el más grande proyecto colectivo de construcción en la historia imaginativa y los arquitectos en jefe han sido grandes gigantes creativos: Homero, Virgilio, Platón, San Agustín, Dante, El Bosco, Miguel Ángel, Milton, Goethe, Blake y más", dice Alice K. Tumer en el libro The History of Hell. Quizá por eso las primeras ideas de una tierra de los muertos fueron escritas hace casi cuatro mil años en tabletas horneadas de barro del Valle Tigris-Eúfrates, en el norte del Golfo Pérsico.

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Desde entonces, las culturas que decidieron adoptarlo lo han revestido con diferentes tapices: en algunos hay ríos que llevan el nombre de sentimientos despreciables y en otros bestias despiadadas que torturan a sus habítantes. El infiamundo es en pocas palabras, unespejo de los remordimientosy vicios de las sociedades que los imaginan; un reflejo de su percepción del mal.

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No todos los infiernos son iguales. De hecho, no todas las tradiciones religiosas utilizan ese término pana referirse al espacio que habitan las almas de quienes fallecieron. Los creyentes de la mitología griega, por ejemplo, ni siquiera lo consideraban como un
destinado a la sanción de las acciones malvadas. Por ello, tampoco creían en dioses absolutamente buenos o absolutamente malos. Para Zeus, por ejemplo, erigirse
como divinidad suprema no le impedía violar mujeres ni vengarse de quienes se atrevieran a retarle. Hades, por su parte, no deseaba tentar y castigar hombres rectos a pesar de ser el gobernante del inframundo. Lo mismo en el caso de los egipcios. Aunque Osiris era el líder de la tierra de los difuntos, en vida se le consideró como un ser bondadoso. Y, aunque presidía el juicio en el que se decidía el destino final de las almas, aquellos que hallara culpables no sufrían para siempre, sino que perecían de manera definitiva luego de ser arrojados a una bestia que los devoraba en el instante.
El infierno que castiga pecadores por toda la eternidad nace del cristianismo "Ocupa el lugar central puesto que ha sido el sistema más duradero, más organizado y más completo de toda la imaginería infernal, el apogeo de una idea muy antigua llamada a nuevasexplicaciones y desarrollos en el mundo de hoy día", dice Georges Minois en su Obro Historia de los infiernos. A pesar de que el averno cristiano retoma algunos conceptos de los inframundos de Mesopotamia, su influencia principal proviene del judaismo y del Antiguo Testamento. Todo inició en tiempos del politeísmo, cuando los seguidores de las tradiciones religiosas de entonces creían en más de un solo dios y la mayor preocupación por la vida después de la muerte aún no estaba centrada en el deseo de evitar a Satanás. Luego el Imperio Romano empezó a decaer. En consecuencia, la aprehensión y difusión del cristianismo transformó a la religión en una herramienta de unificación que declaró una sentencia para la cual no había apelación posible: sólo existe el dios romano y el único modo de adorarlo es la establecida por Roma.

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EL NUEVO DIOS.

Saulo de Tarso -o San Pablo- fue el primer misionero cristiano del mundo. Aunque no conoció a Jesús, las cartas que ahora forman parte del Nuevo Testamento son anteriores a la composición del más viejo de los evangelios y a los Hechos de los Apóstoles, es decir, al año 70 d.C. "Él hizo su propia versión del cristianismo y se alejó cada vez más del concepto judío. Cuando Roma oficializó el cristianismo como única religión, lo hizo retomando las ideas de Saulo", dice Juan Miguel Zuzunegui, doctor en humanidades y académico del Instituto Cultural Helénico. Según las escrituras paulinas, los fornicadores, idólatras, adúlteros, homosexuales, ladrones, alcohólicos y calumniadores serian algunos de los que merecerían ser rechazados del templo. Aún así, la selección de los pecadores no le bastó. Al aseverar que "la paga del pecado es muerte" (A los romanos, 6:23), instituyó una de las más importantes máximas del cristianismo: solamente merecen vivir aquellos que practiquen el bien.

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Un infierno futuro para los 'malvados' de esta vida era la vía perfecta para la renovación moral que se requería en los primeros siglos de nuestra era. "El cristianismo que creció en el sector más pobre del Imperio Romano era una religión de rencor social. No bastaba con irse al cielo por creer en Dios, además se necesitaba que el que no creyera fuera castigado" dice Zuzunegui. Por eso no importaba que los elementos que conformaban el averno estuvieran fuera de las leyes naturales o fueran fantasmas extravagantes. Bajo aquel panorama, lo únicoseguro era d sufrimiento Cuanto más rigurosa era la moral exigida en sociedad, más severos eran los castigos para las almas. Mientras más faltas fueran penadas en aquel otro mundo, más grave era la represión y los remordimientos de quienes osaran pecar en vida.

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Y asi es como nacería, según el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, el animal doméstico, el animal enfermo hombre, el cristiano.
En su libro El anticristo, Nietzsche dice que el cristianismo instituye al hombre fuerte como reprobable y ha hecho que la represión de los instintos de conservación de la vida se erijan como un ideal. Según explica, así fue como se logró la corrupción humana: cuando su naturaleza se transformó en tentación y sus pasiones en sensaciones pecaminosas. El espíritu puro es la mentira pura: valores de la decadencia, dice el autor. La falta de mal es indeseable porque no es una virtud que surgió de manera natural ni como condición de nuestra vida. En consecuencia, la negación de lo malévolo también aplica para Dios. Una deidad malvada es tan necesaria como una buena, porque de lo contrario sólo gobernaríaentre débiles. Ése no es (ni debería ser) Dios, dice Nietzsche: es sólo un bastón para cansados y un ancla para todos aquellos que estén a punto de ahogarse. Por eso su crítica al cristianismo culmina con la idea del superhombre: un individuo capaz de construir un sistema de valores propios sin necesidad de reprimir sus pasiones y deseos.

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• MAL Y LIBERTAD

Si alguien le pidiera pensar en la primera aparición de Salarias en la Tierra, seguramente imaginarías a la serpiente tenlando a Eva para morder la manzana del árbol delconocimiento. Sin embargo, el Génesis jamás establece que aquel animal sea el diablo. El horripilante ser de ta-s rostros cubiertos de lágrimas y baba sanguinolenta que tiene la paite interior del cuerpo sumergida en hielo y tritura pecadores con la boca no llegó, sino hasta el siglo XIII, con Li Diviiu Cómala, de Dante. En la Biblia hebrea o Anti-giio Testamento, 'Satán quiere decir 'adversario' u 'oponente' y, cuando una figura con ese nombre aparece, siempre lo hace representando a un sirviente angelical de Yohvé. Es decir, como un agente que operaen perjuicio de los hombres, pero jamás en contra del mismo Yabvé. En el libro de Job, por ejemplo, es un enviado de Dios que prueba la té de un hombro recto, perfecto y alejado del mal Sin embargo, ¿por qué Dios mandaría a un símente a que tiente a sus creaciones y permitiría que éstas comerán el riesgo de terminar en el infierno? Li aparición de Luciter llega con textos apócrifos del judaismo y del cristianismo. "En el libiu de Enoc está la historia de los ángeles caídos: Luzbel es el arcángel de la luz, el más perfecto de los servidores de Dios. Este nombre proviene de un dialecto. Lucifer, en cambio, viene del latín y quiere decir el portador de la luz", dice Juan Miguel Zuzunegui Y claro, 'luz también puede traducirse en 'conocimiento', es decir, aquello que Dios prohibió a Eva y Adán cuando aún estaban en el jardín del Edén. En este sentido, el surgimiento del pecado obedecerla a lo que el filósofo Soron Kierkegaard establece como una de las consecuencias del mal: la libertad. "Él escribió que Dios creó hombres libres para que éstos pudieran darse cuenta de su potencial, para convertirá1 en el ser que son capees de alcanzar. Libertad implica posibilidad: de actuar y pensar como queramos y de rechazar a Dios" dice Simón Podmore, teólogo y académico postdoctoral de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido. La serpiente, entonces, no es una mala broma del creador para enviar a sus hijos al averno por toda la eternidad. Por el contrario, es aquella que posibilita la libertad de escoger. Y Eva, como Dios lo esperaba, eligió.

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El mal -como el bien- está en nuestra esencia. Su existencia como parte do la humanidad es el precio de la libeitad y oso es un hecho. Negarlo, como diría Nielzsche, sería prácticamente un atentado en contra de nuestra propia naturaleza. Y, aunque eso no quiere decir que nuestra meta es transfonnamos en seres malévolas, la aprehensión de Li moral cristiana como modo de vida es mucho más radical de lo que imaginamos. En oposición al superhombre que crea un sistema de valores propio y acorde a sus requerimientos, el cristianismo reclama individuos que elijan el sometimiento por encima de la autonomía. "La bondad implica un 'dar' que coloca las necesidades de los demás por encima de las propios. Hacerlo es increíblemente difícil y, paradójicamente, requiere una gran tuerza de voluntad.Implica la aceptación del mal como parte de nosotros. Sólo al conocer la potencia que tiene on nuestro ser os posible superarlo", dice Podmore. En esto sentido, la resignación no os tan patética como aparenta.
Para el creyente, resignarse implica aceptar la voluntad de Dios por encima de la propia. Eso conlleva una negación del ser y de la voluntad individual. Es, según Kiorkogaard, cualquier cosa menos un camino fácil cuando so habla de espiritualidad.

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El hombre es, quizá, La creación mas extraordinaria de Dios. El infierno que ha perfeccionado en más de dos mil años no sólo os un espacio de castigo para los muertos pecadores, sino también el espejo de las monstruosas posibilidades que la mente humana ha sido capaz de imaginar para limitarse y salvarse de sus semejantes. Que los creadores de este espacio de eterno dolor y exculpación se vanaglorien de su manera de control en vida. A los sometidos también los quedará la opción do enorgullecerse de su voluntad. El hombre no es sólo aquel que imagina un infierno y señala condenados, es también la criatura que elige someter sus propios deseos a los de Dios. Sobrevivir a la negación de sus instintos y pasiones refleja la maravillosa fuerza que sólo posee su naturaleza. ¿Qué otro ser, sino el hombre, tendría valor suficiente como para combatir la fragilidad de su propia existencia? ¿Qué otro ser, además de él, sería capaz de pasar la eternidad en el llameante mundo subterráneo que creó para si mismo?

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CM OPINA
Simón Podmore, teólogo y académico postdoctoral de lo Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

¿CÓMO SE ORIGINA EL MAL?
Según el pensamiento de Soren Kierkegaard, en el alejamiento rie Dios v en dirigir nuestros deseos hacia nosotros mismos. El habla de un 'ser' que se rehusa a conocerse a si mismo frente a Dios y trata de definirse de manera autónoma aún a expensas de cualquiera que se atraviese en su camino. Según Kierkegaard. éste es el pecado: una manera de desesperación inconsciente que sólo puede superarse con fe.

EN LA BIBLIA SE AFIRMA QUE DIOS CREÓ AL HOMBRE A SU IMAGEN Y SEMEJANZA; SIN EMBARGO, EL HOMBRE, ADEMÁS DE BUENO, ES MALO. ¿AÚN ASI PUEDE PENSARSE QUE DIOS ES BENEVOLENTE?

Los teólogos relacionan esta idea del mal como 'ausencia' -y no como 'creación' divina- con lo que llamamos 'mal moral', que seria la consecuencia de la libertad humana y. por ende, no podría atribuírsele a Dios. Sin embargo, eleva la pregunta del por qué éste lo permite y más cuando somos testigos de genocidios, guerras y esclavitud- El holocausto, por ejemplo, provocó gran des reflexiones sobre las razones gue tendria Dios para dejar gue sus creaciones sufrieran en manos de otros. Y. aungue muchos coinciden en gue Dios traerá una justicia divina al final de los tiempos para consular a los buenos y castigar a los malos, hay otros gue preferirían que este interviniera, aunque asi' atentara en contra de la libertad humana, en vez de esperar a la llegada del Apocalipsis.

¿CÓMO ES QUE LAS NOCIONES DE 'CULPA' Y 'PECADO' AFECTAN LA CONSTRUCCIÓN DE UN INFIERNO EN EL QUE EL SUFRIMIENTO ETERNO ES UNA POSIBILIDAD PARA EL DESTINO ÚLTIMO DE LA HUMANIDAD?
La amenaza del castigo es un síntoma del énfasis que se pone en la culpa y el pecado por encima del absoluto e incondicional regalo gue representan el perdón y la aceptación. El terror a un fuego infernal eterno, intro ducido por la Iglesia de la Edad Media, fue un medio de control y dominación. Con la producción de imágenes viscerales de los sufrimientos de aquel infierno, ésta fue capaz de controlar las vidas y las finanzas de sus creyentes, particularmente si se torna en cuenta gue la Iglesia católica era la única gue poseía las llaves del Reino de los Cielos. La noción medieval del Purgatorio, de la cual existe poca información en la Biblia, posibilitó que la Iglesia aceptara donaciones a cambio de un 'tiempo fuera' que podria ser pasado en este lugar.

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CM OPINA
Fabi Rambelli, profesor de Estudios Religiosos y experto en religiones japonesas de la University of California, en Santa Bárbara.

¿CUÁL ES LA PERCEPCIÓN JAPONESA DEL MAL?
Budismo y shinto, las dos tradiciones religiosas más comunes en Japón, tienen conceptos diferentes. En el primero es todo lo que viola los preceptos fundamentales y dificulta el progreso espiritual de un individuo hacia la iluminación. Aunque no todas las formas de budismo reconocen una sola fuente del mal. éste suele entenderse como el resultado de las acciones, pensamientos y discursos de una persona en un estado de no-iluminación. Por eso se ha establecido que éste no es un pecado contra las órdenes de un dios, sino la ¡qnorancia de los principios básicos de la realidad y que causan sufrimiento y malevolencia. En shinto. el mal se define como acciones [como falta de respeto) en contra de los dioses.

¿CUÁLES SON SUS CREENCIAS ACERCA DE LA CULPA Y EL CASTIGO? ¿HAY UN JUICIO DESPUÉS DE LA MUERTE?
En budismo existe la noción de 'karma1. que implica que las acciones, pensamientos y discursos buenos eventualmente tendrán resultados favorables. De lo malo se espera lo contrario. En shinto se cree que los dioses castigan a aquellos que violen sus normas Como en el budismo existen rituales y purificaciones que previenen la dispersión de la mala conducta para evitar el castigo. En esta religión no existe el juicio después de la muerte, sólo se va a otro mundo de acuerdo al destino y las acciones de esta vida.

¿QUÉ ESTABLECEN ACERCA DEL INFIERNO?
En el budismo hay ocho infiernos mayores y docenas de subsidiarios, que varían con la severidad y cantidad de pecados cometidos, pero no son lugares de sufrimiento eterno, sino prisiones de las cuales se puede salir cuando termina la condena y se reencarna en otra vida. Sí hay demonios y castigos físicos grotescos, pero Enma. su líder, no es el equivalente de Satán, pues él sólo los juzga y determina su próxima reencarnación. En shinto, los muertos van al Yomi no kuni, un recinto oscuro del ¡nframundo. Ellos no tienen infierno, castigos o una figura similar a Satán. En el siglo XIX los reformadores difundieron la idea de que los muertos se volvían entidades espirituales que permanecían en este mundo interactuando con los vivos, y ésta es la noción que se mantiene hasta el día de hoy.

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¡Ah! Cuan lamentable nos sería decir lo salvaje y doloroso que será el descenso que estás a punto de empezar. Después de tu recorrido por los magnos inframundos, que las tradiciones religiosas del mundo han ideado para explicarse el destino de algunas almas después de la muerte, no sabrás decir fijamente ni cómo entraste ahí. Comenzarás en el árbol de la mitología nórdica para luego recorrer los ríos del Hades griego, conocer a los jueces egipcios y chinos, dejarte seducir por los demonios femeninos persas y culminar en la caverna del averno cristiano.
Constatarás, así, que Lucifer no es un castigador universal y que no todos los reinos de los difuntos albergan infractores que pagan sus culpas durante toda la eternidad. En estos terrenos que son gobernados por seres maléficos, lo que para unos es pecado para otros es motivo de gloria y ascenso al paraíso. Anubis, chacal negro que guía las almas egipcias al otro mundo; Tezcatlipoca, juez de las almas aztecas, y Azhi Dahaka, dragón que el dios maligno persa creó para destruir a los justos, serán tus guías. Entra, pues, querido visitante y buena ventura en este viaje que ahora inicias por las tinieblas. 

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