jueves, 23 de febrero de 2012

La aparición de la Corona


En la noche de 6 junio de 1992 más de dos mil personas se congregaban en una reducida franja de monte de la isla de Tenerife para presenciar con sus propios ojos lo que durante meses les había sido anunciado: la aparición de la mismísima Virgen María. Curiosidad, fe y desconfianza convivieron en una singular velada en la que no faltaron los fenómenos extraños, un encuentro que llevaría a su punto álgido una historia fascinante que merece ser recordada...

José Gregorio González


Dieciocho años después de aquellos hechos, centenares de personas continúan asegurando haber sido testigos de lo sobrenatural en torno a la llamada Fuente de Pedro, un enclave ubicado en las inmediaciones del monte de la Corona, en el municipio tinerfeño de Los Realejos. Este escenario, como en tantas presuntas apariciones marianas, es un entorno natural que encuentra en la citada fuente, una gruta-galería de la que antaño se extraía agua, el improvisado altar en el que se centraron los fenómenos en la madrugada del 6 al 7 de junio del año 1992. Desde entonces, aquel espacio que ya albergaba historias de presencias y apariciones de siluetas o formas humanas sólidas con aspecto monacal, se ha convertido en un lugar de culto y ofrenda a la Virgen, "aparecida" bajo las más diversas y contradictorias advocaciones aquella particular noche. Cualquiera que acceda a este rincón comprobará por sí mismo cómo el tiempo no ha desgastado los ánimos de los creyentes, quienes recuerdan las presuntas apariciones marianas con flores, velas, fotografías y otros objetos alegóricos colocados en la galería y en algunos árboles sobre los que se aseguró haber visto aquella manifestación "divina" Este caso resulta particularmente llamativo y valioso por tratarse de la única aparición ma-riana ocurrida en las islas en tiempos recientes, adaptada en la inmensa mayoría de sus detalles al fenómeno aparicionista mariano contemporáneo: videntes y mensajes de variado contenido espiritual y terrenal, anuncio anticipado en meses de aparición pública, fenómenos extraños concomitantes que anteceden al principal como observaciones de OVNIs, ángeles, danzas del Sol, etc... y desenlace con una convocatoria pública de seguimiento masivo. Otro hecho que lo convierte en valioso, especialmente desde el punto de vista sociológico, es que tras aquella noche no hay intención de continuidad del grupo que centraba las convocatorias. Es decir, que en apariencia y al menos desde la "cabeza visible" de aquellos hechos, no se alentó el prose-litismo evitando en todo momento la constitución de grupos de seguidores, recolectas, construcción de capillas...
La principal protagonista de este singular caso fue Justina Rodríguez, cubana de nacimiento que llegó a Canarias en los años ochenta. Su vida en apariencia no difería de la de cualquier otra persona; casada y con hijos, formada como profesora de Educación Física, hábil costurera, de carácter amable y cariñosa, buena vecina... salvo por una cuestión: Justina Rodríguez aseguraba ser realmente Divina Swan Lorin, una entidad extraterrestre altamente evolucionada procedente de la galaxia Palacea, la Andrómeda terrestre. Hoy, qué duda cabe, echaríamos a correr en busca de un psiquiatra ante alguien que realizase sin el menor titubeo semejante afirmación, máxime si lo hacen con tan elocuente nombre, o bien reinamos su testimonio en alguno de los muchos reality shows que socavan la credibilidad de sus participantes. Su curriculum anómalo no arrancó portan-to con el episodio de las presuntas apariciones marianas, sino según el relato de la protagonista algunos años antes, cuando ese extraterrestre ocupó el cuerpo de Justina Rodríguez en su Cuba natal para completar una suerte de plan de cambio evolutivo bautizado como "Proyecto de la Pirámide". De acuerdo con lo que nos contaba, con el consentimiento de Justina y "conservando las huellas humanas que le permiten llevar una vida normal", aquel ser que tomó "posesión" de su cuerpo en 1981 tenía como misión preparar el camino bajo la orientación de un "Consejo de Ancianos Mayores" de la citada galaxia, para un salto de la humanidad a la cuarta dimensión que tendría lugar en 2000. No hay espacio para detallar sus actividades y el contenido de las concurridas conferencias que impartía en Tenerife, pero baste señalar que gozaba de un singular carísima y una entrega y bondad innata que la convirtieron en una persona tremendamente querida, tanto por quienes confiaban en la veracidad de sus afirmaciones como entre los que la contemplaban como un "fenómeno" curioso. Durante años y de manera completamente gratuita recibía en su casa semanalmente a centenares de personas, la inmensa mayoría desconocidos, a los que se limitaba a "dar energía" buscando sanarlos a través de "pases energéticos" y la imposición de sus manos dispuestas en "triángulo", auxiliada por varios voluntarios a las que había enseñado el procedimiento. En esos años pudimos seguir muy de cerca su caso y lo que sucedía en su entorno más inmediato; el denso contenido de sus mensajes, la existencia de material de contenido técnico y científico que supuestamente había sido puesto en manos de personal cualificado que habría avalado su complejidad y, de manera, especial, su preocupación por evitar que en torno a ella se constituyera un grupo de seguidores "oficial" que la contemplarán como líder o guía. En cuanto a su práctica terapéutica vimos de todo: presuntas curaciones, mucho alivio y desde luego, casos en los que todo seguía exactamente igual. No obstante -y a pesar del inesperado giro que daría su historia convirtiéndola si cabe en más rocambolesca e increíble-, en la personalidad de Justina Rodríguez había algo peculiar: su honestidad. Aunque su historia resulta descabellada e increíble para cualquier mente racional, aquella mujer hablaba con convicción de SL presunta condición extraterrestre, sin dudas ni fisuras que cuestionasen por ur instante la certeza persona! que albergaba acerca de su condición y presumible misión.

Interior de la cueva en que se pueden ver una gran cantidad de flores y ex-votos dejados por los fieles, en el mismo lugar donde supuestamente se produjo la primera aparición. Junto a ésta, Justina Rodríguez.


Radiografía de un fenómeno


El proceso de la aparición mariana, es básicamente similar al de las apariciones de Jesús, los ángeles, algunos santos, e incluso los propios demonios. E incluso es casi idéntico a las apariciones de entidades en el contexto espiritista o al de los llamados fantasmas en el ámbito parapsicoló-gico. Similar en todos ellos, aunque con sus propios matices y particularidades, sobre todo interpretativas. En las culturas tribales en las que el chamanismo era la única "religión", el chamán protagonizaba también apariciones en las que seres del más allá -antepasados, espíritus de la naturaleza, etc- se le manifiestan transmitiéndole mensajes de variada naturaleza -futuro, remedios, cosechas...-y en ocasiones provocando fenómenos físicos apreciables por toda la comunidad. En casi todas las religiones las divinidades se aparecen, especialmente las femeninas, a los hombres y mujeres de toda condición para acompañarles, aconsejarles, reconfortarles, amonestarles o simplemente sorprenderles: Isis, Atenea. Diana, Demeter, la Dama Blanca de las tradiciones europeas, Kali, Parvati... son algunas de esas diosas que compartiendo en ocasiones parte de su simbología, hacen lo mismo con el fenómeno aparicionista.
Con la mayoría de esas apariciones femeninas, y especialmente con las apariciones marianas. se pueden hacer dos grandes grupos, constituidos por las llamadas apariciones psíquicas y las apariciones físicas. En el primer grupo estarían los encuentros con María en los que la única persona que la puede ver, oír, oler o sentir es el vidente, que puede ser uno o varios. Se trata del grupo de apariciones más abundante, y por supuesto del más discutido, al no existir evidencia física de encuentro inmaterial, muchas veces interior y místico, en el que la mayor parte de los presentes no perciben nada fuera de lo común.
El segundo, el de las apariciones físicas, también llamadas materiales, implica una materialización visible de una entidad que se presenta como la Virgen. Son menos frecuentes que las anteriores, y no siempre es posible ver una figura humanoide similar al canon iconográfico atribuido a la Virgen, ya que muchas veces lo que sucede es que se aparece con otra forma, como bolas de luz, discos luminosos, o se manifiesta por medio de fenómenos como voces surgidas de la nada, osmogénesis o fragancias de origen paranormal. Incluso una aparición psíquica, en la que nadie percibió nada salvo el vidente, se puede convertir en física por medio del visionado de filmaciones y fotografías, o la audición de psicofonías, tomadas en el momento de la presunta aparición.




La conexión mariana
Todo siguió su curso hasta que el 13 de mayo de 1992 nuestra protagonista recibió una comunicación de origen mañano en la que le aseguraban que "María haría una aparición el 6 del 6 a las tres de la madrugada en la Fuente de Pedro, en el monte de la Corona. Fue entonces cuando comprendí la razón por la que vine a vivir a Tenerife", nos confiaba tiempo atrás.
El resto de la historia se desarrolló según lo previsto y con todos los ingredientes de una aparición mariana con tintes claramente ufológicos; observaciones de luces y presuntas naves de origen extraterrestre que preparaban el lugar, mensajes de confirmación -o dando instrucciones-recibidos por ella y otras personas, la identificación del lugar como un rincón especial donde además del entorno natural y de la existencia de la imprescindible fuente de agua de toda aparición, también se daban viejas historias de monjes entonando cánticos, etc...
Curiosamente desde el mes de marzo se había intensificado en el norte de Tenerife la actividad OVNI, con observaciones de pequeñas "bolas" de luz que de manera individual o en grupo se posicionaban a escasos metros de los testigos. Objetos romboidales e incluso lenticulares también fueron observados en horas de la noche e incluso a plena luz. El 25 de marzo, los días 20,25,28 y 30 de mayo y otra vez el 9 y el 12 de junio figuran en nuestros archivos con sus correspondientes casos y testigos, conformando un flap o minioleada genui-na que se mantuvo activa hasta finales de año. En ese marco se desarrolla la historia aparicionista que estamos narrando.
En varias ocasiones Justina y el grupo de simpatizantes más cercano que le servían de apoyo aseguraron haber sido testigos de la aparición de gigantescas naves de forma triangular en las inmediaciones del sitio en el que tendría lugar la manifestación mariana. En varias ocasiones durante esas semanas previas yjusto al atardecer, junto a numerosos simpatizantes, se desplazaban a zonas de costa al atardecer para contemplar lo que definían como "baile del Sol"' mirando directamente al astro rey, contemplaban cómo un círculo negro giraba supuestamente a diferente velocidad y dirección dentro del Sol, permitiendo verlo sin daño ocular y estando provocado posiblemente por un efecto óptico perceptible a esas horas de la tarde, con éste a ras de mar y a punto de ocultarse.
La prensa se ocupó con desigual interés del asunto aunque siempre generando controversia. Había opiniones variadas aunque todo estaba sometido al "juicio público" de aquella madrugada. Por su parte -y como suele ser habitual-, la iglesia se había posicionado y los párrocos locales arengaban a sus fieles a que no se sumaran a aquella superchería ni acudieran a la cita mariana. La fecha encajaba en los arquetipos marianos: "un día 6, además sábado... En todo el mundo habrá apariciones ese día, que son necesarias para que el 'Proyecto de la Pirámide' continúe", aseguraba la vidente.


Pero llegó el día señalado y el principal fenómeno anómalo de la velada fue que no se dio ningún incidente en tan reducido espacio de monte, de acceso y vías de evacuación insuficientes. La lluvia caída había ayudado a aminorar algunos riesgos como los de incendio, pero incrementaba otros. No obstante la realidad fue que más de 2.000 personas esperaron el milagro en la reducida franja de monte que jalonaba la vieja galena de la Fuente de Pedro. Un chiringuito ayudaba en un tramo del camino a hacer más llevadera una velada en la que se entremezclaban los rezos de los más creyentes con las bromas de otros. Ocasionalmente se iban alzando algunas voces describiendo alguna rareza, pero inmediatamente se descartaba como confusión por la propia gente.
A la hora convenida, la medianoche, empezaron a gotear las experiencias y la "Virgen", bajo las más variadas advocaciones, comenzó presuntamente a hacerse visible. El estado de expectación y entusiasmo era palpable y los rezos de los más religiosos se mezclaban con la incredulidad de la mayoría. En las rocas de entrada a la gruta, en la copa de los árboles, se describía la extraña presencia de la Virgen. Junto a la galería "una bruma luminosa se fue condesando hasta formar un figura de mujer de menos de un metro, suspendida en el aire y con pequeños destellos luminosos a su alrededor", nos narraría una testigo. Otro, compañero periodista de mente analítica nos explicaría cómo había contemplado "una figura pequeña, dorada, con el aspecto clásico de icono mariano, pero en cierta medida translúcida. Cuando la gente enfocaba sus linternas e incluso algún foco en su dirección, no desaparecía ni se evidenciaba que se tratase de algo suspendido por hilos, sino que se atenuaba para recuperar su nitidez cuando ante los gritos se retiraban las fuentes de luz". Sobra decir que aún siguiendo de cerca el caso a tiempo real y habiendo estado en el lugar de autos, no fuimos testigos de nada anómalo -aunque sí recogimos un amplio espectro de testimonios-. Algo extraño que iba más allá de la sugestión o de los errores en la percepción había sucedido en aquel rincón. Y había dejado huellas "físicas", fotografías con peculiaridades que parecían reforzarlos ingredientes paranormales de aquel acontecimiento sociológico.



De madera regular durante las semanas siguientes numerosas personas continuaron dándose cita en torno a la entrada de la galería, que llenaban con velas y flores; lo hacían también junto a un árbol que al parecer había concentrado bastantes manifestaciones y al que terminaron por arrancarle la corteza ante la creencia de que de alguna manera les protegería. Una decena de días después de aquellos hechos los más creyentes aseguraban haber vuelto a presenciar apariciones en el mismo lugar, e incluso en ese escenario en el que la sugestión jugaba un papel muy importante, algunas personas describían las formas marianas que estaban observando en nuestra propia compañía sin que nosotros atináramos a distinguir nada anormal. A ese periodo pertenecen una serie de testimonios gráficos de gran valor y extrañeza variable, donde aparecen focos luminosos, esferas semitransparentes, trazos de luz y formas más o menos definidas. Alguna de éstas instantáneas ciertamente sobrecoge.
A fecha de hoy es posible acudir al lugar y comprobar cómo sigue goteando la fe en aquel rincón de monte, transcurridos más de quince años. En cuanto a Justina Rodríguez, poco después dejaría Tenerife al considerar que su misión en la isla había finalizando instalándose en Miami, con retornos puntuales. Iniciaba de esta manera una nueva etapa de "su trabajo" al otro lado del mundo, continuando con sus mensajes de cambio dimensional en EEUU aunque renunciando en Canarias a cualquiertentación de crear, o a que otros lo hicieran, un grupo organizado en torno a ella.Tal vez esa fue una de las principales distinciones con respeto a las apariciones marianas convencionales; la ausencia de intereses crematísticos o de un afán de notoriedad y liderazgo visible, añaden interés a un caso que como hemos venido indicando, es único en la historia de un archipiélago que insiste en mostrarse especialmente tocado por el misterio... posiblemente porque éste se manifiesta con demasiada insistencia.


Ultima hora

Hace unas fechas se publicaba, en los medios de comunicación tinerfeños, la siguiente crónica: "La Plataforma realejera solicitará al Vaticano que abra una investigación sobre la aparición de la Virgen María en la Fuente de Pedro. Por ello solicitará que la Congregación para la Doctrina de la Fe, el principal organismo de doctrina de la Iglesia, nombre una comisión internacional de investigación y que ésta sea presidida por el cardenal italiano Gamillo Ruini, un experto en milagros".
Según Juan García, "las apariciones de la Virgen son sin lugar a dudas uno de los hechos más controvertidos con los que se enfrenta toda la sociedad, tanto desde su vertiente religiosa, como desde el ámbito más racional y científico. El fenómeno en sí es real, polémico e inexplicable. Real, puesto que en muchos casos tiene lugar de una forma objetiva, y por tanto comprobable. Polémico, dado que se encuentra expuesto a las más duras críticas, debido, entre otras cosas, al fraude y al negocio que en muchas ocasiones se desata en torno a ellas. Inexplicable, ya que vulnera las leyes físicas y trastorna el raciocinio de los más escépticos, con fenómenos paralelos como profecías, sanaciones milagrosas y creación de imágenes visibles, entre otros.
Por eso, la presunta aparición de la Virgen María en el monte de la Corona, en Los Realejos, en la noche del sábado 6 de junio de 1992, y que congregó a cientos de personas, creemos que debe ser analizada por expertos.
Dieciocho años después, muchas de las personas que allí estuvieron aún siguen afirmando que vieron algo; otros, los más incrédulos, consideran que el único que vio a la Virgen ese día fue el avispado que colocó un ventorrillo en la misma entrada de la Fuente de Pedro.
La propuesta fue defendida en el comité ejecutivo por nuestro experto en temas religiosos Carmelito González. Testigo presencial de la aparición, Carmelito, que apenas tenía 18 años, relató con lágrimas en los ojos cómo lo vivido esa noche cambió radicalmente su vida, una vida que desde ese momento ha estado consagrada y dedicada a la Virgen.
Carmelo González apeló al sentimiento cristiano del resto de los partidos políticos, para que lleven con diligencia esta propuesta que tiene en un sin vivir a muchos creyentes realejeros. Si se comprueba, añadió Carmelito, que la Virgen se apareció allí, este lugar debe dedicarse al culto y a la oración, edificándose una basílica como Dios manda".



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