lunes, 2 de julio de 2012

J. J. Benítez, Caballo de Troya



A finales de 1984 llegó a las librerías una obra titulada Caballo de Troya. Inicialmente no se especificaba que se tratara de una novela. Los primeros en leerla se quedaron atónitos. Su autor era el periodista navarro J.J. Benítez, y también el protagonista de la primera parte. ¿Se trataba de realidad o de ficción? En cualquier caso, se convirtió en un éxito literario sin precedentes que, casi 30 años después, concluye en 2011 con Caballo de Troya 9: Caná.
por David Zurdo


La del Caballo de Troya es una de las más célebres leyendas de la mitología griega: el astuto y prudente Ulises -como le definiría Homero en la Odisea- urde un plan genial para conquistar la ciudad de Troya de una vez por todas, mediante un regalo en forma de un gran caballo de madera que esconde en su interior a un grupo de guerreros helenos. Desde entonces, ese mito ha simbolizado todo aquello que parece inofensivo pero oculta una "sorpresa"; incluso en términos informáticos, como cuando un virus se introduce en el ordenador sin llamar la atención hasta que finalmente da su verdadera cara. Por eso, el título de la famosa novela de Juan José Benítez no podía ser más acertado, ya que su primer tomo -el original- narra el viaje de una especie de nave estadounidense, tripulada por dos pilotos de la Fuerza Aérea, a la Judea del tiempo de Jesucristo.

BEST SELLER INTERNACIONAL
A pesar de las dudas iniciales de la editorial (Planeta) sobre su aceptación por parte de los lectores, Caballo de Troya se convirtió rápidamente en un supervenías en España y un verdadero mito de las novelas modernas. A lo largo de los años, la saga fue ampliándose con nuevas entregas de las que se han vendido globalmente más de cuatro millones de ejemplares en diversos países del mundo, además de España, como Brasil, Italia, Francia o Portugal. Aunque no, curiosamente, en Estados Unidos. ¿Por qué? Hay dos teorías para tratar de comprenderlo, que quizá sean ciertas en paile y a la vez: una acusación múltiple de plagio y una cuestión de credibilidad. Al poco de lanzarse la novela comenzaran a llover las acusaciones de que Benítez había copiado o plagiado obras de diversos autores, alguna de las cuales llegó a los tribunales.
La más importante de todas guardaba relación con una obra norteamericana supuestamente revelada, The Urantia Book (El libro de Urantia). Pero antes, en 1985, el escritor y médico oftalmólogo Enrique Salgado presentó una querella criminal contra Benítez. en la que le acusaba de haber copiado textualmente fragmentos de su polémica obra Radiografía de Cristo, publicada en 1969, básicamente de los capítulos dedicados a la Pasión y Crucifixión de Jesús.
Entre 1987 y 1988, la revista Interview dedicó tres amplios artículos al asunto del plagio, en los que se recogían las acusaciones de copia sin citar las fuentes de varias obras publicadas en España, como Ummo, otro planeta habitado y El misterio de Ummo, respectivamente de los ufólogos Fernando Sesma y Antonio Ribera, entre otras. La cuestión de la credibilidad, más subjetiva, no es un argumento contra Benítez, sino más bien una consecuencia desgraciada de cómo funciona nuestro mundo: resulta difícil para un lector estadounidense creer que un mayor de las fuerzas aéreas de su país pudiera entregarle unos documentos sensibles y ultra secretos a un periodista español. Ya se sabe, cuando una nave alienígena o un superhéroe recalan en la Tierra, siempre lo hacen en Estados Unidos... Si Benítez. hubiera sido americano, seguramente incluso habría una película de HollvAvood.


EL LIBRO DE URANTIA
En 1988, el decano de los ufólogos españoles, el citado Antonio Ribera, y el periodista científico Jesús Beorlegui publicaron un pequeño libro titulado El secreto de Uranlia. (Ni caballos ni ¡royanos), que diseccionaba el supuesto plagio de Benítez a El libro de Urantia. Este fue escrito en Chicago (EE.UU.), entre los años 20 y 30 del pasado siglo, por dos hombres y una mujer que decían recibir mensajes telepáticos de entidades supuestamente extraterrestres, como el Consejero divino, el Censor universal, el Poderoso mensajero, Melquisedek o Uno de elevada autoridad. Una vez acabada la obra, sus miles de páginas fueron depositadas en la caja fuerte de un banco de la capital del estado de Illinois, hasta que volvieron a ver la luz en 1950. Entonces se creó la Fundación Urantia, una "hermandad" dedicada a la difusión de las enseñanzas recogidas en el libro, en el que se describen universos y superuniversos, innumerables mundos habitados, la historia de la Tierra -Urantia-, la guerra celestial entre el bien y el mal, e incluso la vida de Jesús sin las lagunas evangélicas. Analizando al detalle Caballo de Troya, se hace evidente que, en efecto, hay un buen número de páginas copiadas literalmente de El libro de Urantia sin citar la fuente. Esto es algo que incluso reconoció Fernando Lara, consejero delegado de la editorial Planeta, en el último de los artículos de ¡nten'iñ, aunque sin aceptar que se tratara de un plagio en sentido estricto. En todo caso, Benítez siempre se defendió de las acusaciones con el argumento, un tanto jocoso, de que si los autores de El libro de Urantia siempre habían sostenido que les fue revelado por extraterrestres, deberían ser estos quienes lo denunciaran. Lo que no sabían ni Ribera ni Beorlegui en su día es que El libro de Uranlia también ha sido acusado de contener cientos de referencias a obras y publicaciones de su tiempo sin citar, en ningún caso, las fuentes. ¿Cómo si no mantener que se trataba de una obra "revelada"?


LA POLÉMICA RELIGIOSA
La Iglesia católica tampoco perdió la oportunidad de arremeter contra J. J. Benítez, denunciándole de impreciso en sus narraciones de la personalidad y hechos de Jesús. Para esa acusación se basaba en los textos aceptados por el Canon eclesiástico, ya que Benítez empleó algunos evangelios apócrifos y otras fuentes, como el citado Libro de Urantia o incluso "fuentes extraterrestres", y en imprecisiones históricas al margen de la cuestión religiosa, como confundir la Crucifixión -un castigo romano- con una pena impuesta por el Sanedrín judío.
En cualquier caso, la Iglesia también condenó en su día obras como Jesús Christ Superstar o La vida de Brian. Y de un modo especialmente duro La última tentación de Cristo, basada en la novela homónima del gran escritor y filósofo griego Nikos Kazantzakis.

EL VIAJE EN EL TIEMPO:
¿UNA POSIBILIDAD REAL?
Es uno de los grandes sueños del ser humano, como volar o ser inmortal. En Caballo de Trova, J. J. Benítez -siempre entusiasmado por las cuestiones científicas- utiliza esa posibilidad en su trama sin entrar en los problemas tísicos que plantea.
El primero de ellos tiene que ver con el llamado Principio de Conservación de Masa y Energía, según el cual en el Universo siempre se mantiene constante la cantidad de masa/ energía. Una puede transformarse en la otra y viceversa, pero no destruirse. Un "salto" temporal tendría como primera consecuencia la disminución de la masa en origen y el aumento en destino, formada por la propia "máquina del tiempo" y los viajeros. Por otra parte, si el viaje hacia el pasado fuera posible, es lógico pensar que en algún momento del futuro se inventará la "máquina del tiempo". Los hipotéticos viajeros de entonces podrían visitar cualquier época, por ejemplo ia nuestra. Parece extraño, según este planteamiento, que no tengamos noticia de ningún \isitante extraviado, muerto en un accidente con tecnología futura, etc. Salvo, claro está, los famosos ooparts (MÁS ALLÁ, 129), alguno de ellos muy controvertidos y no claramente explicados.
Otra cuestión, muy discutida, es si un viaje en el tiempo al pasado permitiría o no alterar los acontecimientos ya ocurridos. Así encontramos, por ejemplo, la famosa paradoja que se enuncia de este modo: si viajo a la época en que mi abuelo era un niño y lo mato, ¿cómo puedo haber viajado si ni siquiera debería haber nacido? A partir de ahí, deje volar su imaginación y encontrará un sinfín de eventos cue violan -al menos en apariencia- la lógica. Sin embargo, el CERN ha hecho un anuncio sin precedente: la existencia de neutrinos -un tipo de partículas subatómicas de masa muy pequeña y extremadamente difíciles de detectar- más rápidos que la teórica barrera de u velocidad de la luz en el vacío. Esto, que ruede parecer no conectado con el viaje en el tiempo, lo está de un modo muy íntimo, ya cue. según la Relatividad de Einstein, supe-rar esa barrera supuestamente infranqueable implica comprimir el tiempo hasta congelarlo más allá, darle la vuelta para ir hacia atrás, hacia el pasado.
El gran problema de este anuncio del CERN :e la Relatividad no especifica que nada pueda viajar más rápido que la luz, sino que esa barrera es infranqueable, es decir, que nada puede acelerarse desde una velocidad más baja hasta superarla. Si Einstein tenía razón, salvo que nos convirtamos en neutrinos, seguiremos "atados" a la Relatividad y a la velocidad de la luz.

El FIN DE LA SAGA
Con las más de 1.000 páginas de la esperada Cana, la novena y última entrega de Caballo de Troya, J. J. Benítez da término a una saga que ha alcanzado la categoría de mítica en el panorama editorial español. No sabemos qué nuevas polémicas podrá traer consigo, pero de algo sí estamos seguros: los lectores disfrutarán una vez más con la fecunda imaginación del controvertido escritor navarro. 


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