sábado, 15 de diciembre de 2012

Enciclopedia del misterio, Sección III: Criaturas tenebrosas

SECCIÓN III: Criaturas tenebrosas.



El ave
FENIX

Aun hoy, en conversaciones y notas periodísticas, es común que hallemos menciones del ave fénix como símbolo del resurgimiento, del renacimiento posible después de una grave crisis o dificultad. Es, de esta manera, una de las criaturas fantásticas más presentes en el imaginario contemporáneo. Su antecedente más remoto procede del antiguo Egipto, donde existía un ave mitológica llamada Bennu que se vinculaba con las crecidas del Nilo, el amanecer y la muerte, procesos todos que reflejan un movimiento cíclico en el que un periodo de fertilidad, luz y resurrección sucede a sus contrapartes. El ave mitológica estaba, por tanto, relacionada con el calendario y la medición del tiempo. Había incluso un templo especial dedicado a Bennu en cuyo interior había diversidad de instrumentos para medir el tiempo. Bennu se representaba como una garza real y se decía que había nacido del fuego que consumía a un árbol sagrado, y que sus lágrimas tenían poder curativo. De Egipto el mito pasó a Grecia, donde se completó su caracterización física y se enriqueció su leyenda gracias a las obras de distintos naturalistas e historiadores. En el siglo V a. C. el célebre Herodoto aseguró que era del tamaño de un águila y estaba cubierta por un plumaje dorado y carmesí. El pájaro sagrado viajaba cada quinientos años procedente de Arabia y cargaba consigo el cadáver de su padre, mismo que conducía hasta Heliópolis, la importante ciudad del antiguo Egipto situada al noreste de El Cairo. El cadáver iba dentro de un huevo que se llenaba con mirra, sustancia resinosa de agradable aroma. Según esta tradición, cuando al Fénix le llegaba la hora de morir hacía un nido, ponía un huevo que empollaba durante tres días, al cabo de los cuales ardía hasta quedar reducida a cenizas. Del mismo huevo resurgía tan resplandeciente como siempre en un proceso cíclico y eterno. Diversos autores de los primeros tiempos del cristianismo retomaron esta leyenda e hicieron su propia adaptación. En otras tradiciones mitológicas se mencionan aves con algunas características semejantes al Fénix.














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