sábado, 18 de mayo de 2013

El nuevo Triángulo de las Bermudas



Quizá los lectores más jóvenes no estén familiarizados con los fe­nómenos que se registraron en el llamado Triángulo de las Bermudas —el espacio del océano Atlántico con forma de triángulo equilátero cuyos vértices son Fort Lauderdale (Florida), Puerto Rico y las Islas Bermudas—, durante la segunda mitad del siglo XX. Según nu­merosos registros, esa zona era una suerte de 'portal' en el que, sin explicación, desapa­recieron decenas de aeronaves y embarcacio­nes. Los reportes fueron disminuyendo a fines del siglo pasado y a comienzos de este; sin embargo, los investigadores de lo sobrenatu­ral han identificado otro lugar misterioso.
Los Roques es un archipiélago ubicado en el mar Caribe, a solo 168 km de La Guaira, el puerto de la ciudad de Caracas, Venezuela. El conjunto de casi SO formaciones insulares es un Parque Nacional. Su isla más notable, el Gran Roque, la única con una población permanente. Otras islas destacadas son Francisqui, Nordisqui, Madrisqui y Crasqui. Quienes las visitan creen que ahí se ocultan fuerzas desconocidas.


Desaparición inexplicable
El 4 de enero de 2013 Vittorio Missoni, he­redero de un importante negocio textil en Italia; su esposa Maurizia Castiglioni y sus amigos, abordaron un avión particular, con una tripulación de dos integrantes. El viaje los llevaría desde el aeropuerto de Gran Ro­que hasta el aeropuerto de Maiquetía Simón Bolívar, a 20 km de Caracas, donde la familia Missoni celebraría los 60 años de matrimonio de los fundadores de la dinastía, que en aquel remoto 1950 comenzaron a labrar su prestigio en el mundo de la moda.
A las 11:30 de la mañana de aquel viernes fatídico, el pequeño avión despegó y 10 mi­nutos después desapareció sin dejar rastro. Las autoridades aeronáuticas, la Guardia Costera y Protección Civil de Venezuela :« dieron comienzo a una búsqueda exhausti­va que al final resultó infructuosa. La fami­lia Missoni pensó que la avioneta había sido secuestrada por narcotraficantes. Lúea Mis­soni, hermano de Vittorio, viajó al lugar para supervisar las tareas de búsqueda. Tras dos semanas, informó que regresaría a Italia y dejaría el asunto a cargo de las autoridades. Solo obtuvieron testimonios orales que sirvieron para confundir más a la opinión pública. Un pescador aseguró haber visto que el avión se estrellaba en el mar. El piloto de un Cessna 402, que partió de Los Roques un minuto después, aseguró que la aerona­ve había desaparecido: "Vi cómo eran tra­gados por una enorme nube de tormenta". La familia Missoni canceló sus planes y la prensa amarillista sumó el caso a los de­más que han sacudido al mundo de la moda: Maurizio Gucci, acribillado por órdenes de su mujer; Gianpaolo Tarabini Castellaniaplas­tado por dos elefantes durante un safari en África; Gianni Versace, asesinado por An-drew Cunanan, dos miembros de la dinas­tía Trussardi muertos en accidentes.




Teorías sobre un enigma
En algunas publicaciones prosperó una po­sible explicación: los Missoni y sus amigos habían sido víctimas de la maldición de Los Roques, semejante a la del Triángulo de las Bermudas. En su edición del 7 de enero de 2013 el periódico inglés The Guardian dio a conocer este rumor y refirió que desde la década de 1990 se han reportado 15 casos de aviones que chocaron, desaparecieron o es­tuvieron en emergencia en esa zona. El caso más connotado fue el del avión Transaven Let L-410 que sufrió un accidente en el que murieron 14 personas: solo se encontró un cuerpo y ningún resto de la aeronave.
La exposición mediática del caso Missoni hizo que en los aficionados a los enigmas y las teorías de conspiración, despertara un pensamiento arquetípico tendente a construir conjeturas sobrenaturales sobre determinados entornos geográficos como el Mar de los Sargazos y el llamado Mar del Diablo en Japón, en los que se han invocado nociones tan insustanciales como la libe­ración de hidrato de metano desde el lecho marino, 'espirales' del tiempo, olas asesi­nas, etcétera.
El piloto Níck Wall, editor de la revista Pilot, explicó que los pilotos no aceptan las visiones sobrenaturales, pues todos los ac­cidentes aéreos tienen una causa tangible:

"Siempre existe alguna explicación, aun cuando tome años hallar la respuesta. Los pilotos prefieren concentrarse en aquellos aspectos que les permiten vivir, como la me­dición de combustible, los reportes del clima y las inspecciones de los motores. Cada vez están más conscientes de fenómenos meteo­rológicos antes desconocidos, como las olas de gravedad atmosférica producidas por las mon­tañas, que provocan súbitas turbulencias".

Los incidentes ocurridos en Los Roques y en las Bermudas se mantienen dentro de los parámetros estadísticos de accidentes aéreos. Además ninguna investigación ha sido capaz de aportar evidencias para dar soporte a una explicación alternativa de lo ocurrido en ellos. En el caso del mar Caribe, no existen pruebas para cons­truir una leyenda tan rentable como el de las Bermudas.
Podemos invocar aquí entonces una in­teresante noción común en la mentalidad de los amantes de lo sobrenatural: se nie­gan a reconocer los hechos comunes del mundo, como los accidentes aéreos, en es­pecial cuando están involucrados perso­najes connotados quienes, según se cree, no pueden morir por un factor tan simple como un desperfecto mecánico.


Por lo tanto
El misterio de Los Roques es un relato es­crito bajo el signo del Triángulo de las Ber­mudas, complementado con los elementos que fascinan a los amantes de la ficción: una opulenta dinastía, su heredero, los prepara­tivos de una conmemoración familiar, las vacaciones... Sin embargo, cuando los restos del avión y quizá la ropa de aquellos viajeros sean recuperados, será posible comprobar que su final fue tan triste, material y ordina­rio como el de cualquier mortal. 

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